Me pirra cuando me dices que cómo puedo estar tan fatal y tienes esas ganas de reírte que tienes cada día.
Me gusta cómo me aplaudes cuando actúo o cuando te enseño una de nuestras novias.
Me gusta cómo te callas si sabes que hablo con algún cliente o estoy reunida.
Me parto por cómo entiendes la religión, aunque suspendamos, y las películas que te montas.
Me emociona cuando me dices que quieres trabajar para tener dinero y poder comprar uno de mis ramos.
Me gusta cómo me enseñas inglés y cómo me aplaudes si digo alguna palabra correctamente.
Me descojono con lo mal que cantas.
Me descoloca que te guste dormir con ratas, murciélagos, arañas y serpientes porque van aparejadas a tus miles de historias de súper héroes.
Me encanta cuando me dices Principessa aparecemos en un determinado sitio.
Me gusta que seas tan educado y que pueda dejarte en cualquier sitio sin miedo, porque sabes comportarte.
Me encanta cómo te comportas en los viajes y cada vez que salimos fuera de casa, es genial poder querer llevarte e ir contigo a cualquier sitio, siempre dispuesto y sin pereza, con esa actitud y que seas tan disfrutón.
Me gusta tu pelo liso y amarillo y cómo lo metes entre mis rizos cuando estamos espachingados en el sofá leyendo un cuento.
Me encantan las ganas que tienes de aprender y la autoestima tan increíble que tienes.
Me gusta lo constante que eres y cómo te esfuerzas con las cosas.
Eres grande, Calabaza.
¡Felicidades!
¡Felicidades!
Millones de besos,
Luna.