Todos sabéis lo malísima que soy, algunos hasta me han llamado madrastra, pero en el más sentido más peyorativo y dañino. Pero ni lo soy ni me siento como tal, los hijos de mi marido tienen madre. Me la pela bastante quién lo diga o piense, quizás hace años podría haberme machacado oír algo así sobre mí, pero ahora mismo me la trae al pairo.
Cuando alguien habla de mi rigidez o de mis normas hace que me deshueve, porque soy súper flexible. Lo que sucede es que existen cosas que no son negociables bajo ningún concepto, cada padre o tutor tolera o no tolera lo que le parece sin entran a valorar si unos lo hacen mejor que otros. Yo digo lo que hago y a quien le venga bien, estupendo.
Con el tema juguetes, hace unos días me decían que no se cree nadie que Hugo sólo tenga 1 regalo y es una verdad a medias. Os explico, puede pedirse 3 juguetes, pero porque cada uno de ellos es de distintas casas: uno en nuestra casa, uno en casa del padre de Lingas y uno en casa de mis padres. Por eso ha de saber cuál de verdad quiere realmente y no pide por pedir, por ejemplo, el año pasado se pidió al Jóker (el malo malísimo de Batman), era su única obsesión, sólo quería un muñequito, ¡y lo que nos costó encontrarlo! ¿Le trajeron más cosas? Claro, pero de la única que se acuerda es de su Jóker (y aún juega con él).
Este año se ha pedido Legos, 3 cajas, pero le ha costado saber cuál de todos: si iguales, de la misma gama, misma colección, cajas grandes, pequeñas,... Decisiones, algunas las puede tomar y otras no. El pobre lleva como loco más de 1 mes porque le dimos un catálogo de juguetes sólo y exclusivamente de Lego, ¡¡sus 2 pasiones juntas!! (catálogo y construcciones), creo que si se lo envolvemos le valdría de regalo y él tan feliz, jaja.
Yo siempre he sido muy Nicolasa (he viajado en unicornios y tengo un dragón). Pero no voy a mentiros con cosas que para mí son superficiales, no entro en ciertas vorágines que no me gustan, no me gustaban antes de ser madre y no quiero que mi hijo las tenga. Para mí, la Navidad son cosas increíbles, yo quiero que mi hijo no sólo desee la Navidad por los regalos (que también, eh, que los regalos molan).
Como no ve la tele a diario (sólo le dejo el fin de semana), tampoco tiene el problema del consumismo y que cada anuncio le diga lo que "necesita". Él quiere lo que de verdad le interesa y no lo que le diga un departamento de marketing.
En estos días, de nuestra casa han salido muchos juguetes para ayudar a otros niños menos afortunados, así hacemos hueco para los nuevos y porque a su madre se le pone en las narices.
No mido los regalos por precio ni por cantidad ni por tamaño, el tamaño es importante para otras cosas, pero no para Navidad. Jajaja.
Yo no soy de Navidad grandiosa, desmedida y absurda. Yo soy de buenas Navidades: de peli chula, con gente que me quiera, brindando sin obligaciones de postureo, arreglándome o no según los planes, con juegos, risas y tranquilidad. No quiero sufrir la Navidad, me niego a entrar en esa odiosa Navidad y mi hijo, mientras esté en mi mano, tampoco la quiere.
Besos.