Os enseño cositas que me gustaron de Praga (a parte de la Ópera, claro).
Marcela, mi inspiración para empezar a hablar un poco de todo en el blog, tiene una sección en su blog colorin colorado que se llama elevando lo cotidiano, objetos normales, que en otro contexto dan un toque especial. O esos objetos normales que, según su localización, se hacen especiales. Desde una lata a un jarrón chino puesto por ejemplo en un baño. Mi Piola en su Blog Hamptons hace ese tipo de maravillas, por ejemplo, una valla es un perchero.
Así que, me acordé mucho de ellas y me hizo gracia.
La coña que teníamos con el perchero rastrillo fue mucha, porque tenía el abrigo del hombre invisible, no había nadie sentado al lado. Jaja.
El sitio tenía carta en castellano, podías fumar mientras bebías tu birrita (qué grandes recuerdos), súper bien de precio y al lado de La Ópera (donde fuimos una nochea ver Rigoletto).
Los cubos les servían para todo: para los cubiertos, de lámparas, de papelera,...
¡Un embudo lámpara, genial!
Ya sabéis que somos mucho de lámparas. Por cierto, nuestros "lampareros" preferidos (Lamparas Luis en Benavente) están a punto de reabrir después de una gran reforma y estamos ansiosos.
¿Y la pala cenicero?
Qué grande, ¿verdad? Podías fumar en los bares ¡¡¡y hasta en el aeropuerto!!!
El martillo vinagrera...
¿Volveremos al sitio descontextualizado? Espero que sí.
¿Y vosotros, tenéis objetos fuera de lugar que os molan? Contadnos.
Besos.
Besos.