No busquéis unas recetas estupendas, porque os quedaréis con las ganas.
He visto gente que cocina cosas raras y algunos incluso se las meten en la boca.
He visto gente que cocina cosas raras y algunos incluso se las meten en la boca.
Mirad su cara de "no me sale, menuda birria de helado".
Pero si lo intentas mucho rato salen cucuruchos increíbles y tarrinas riquísimas.
Mañana la sombrillita encima. Y no es coña, ya fue a buscar sombrillitas y le ponía palos en plan barquillos y el toping eran las hojas machacadas.
No recuerdo a qué hora levanté ayer a Hugo, porque hice infinidad de cosas (si hoy no las escribo todas en la agenda seguro que se me va algo importante). ¡Vaya día, mardre mía! Y menos mal que podía contar con mi Ami (millones de asias ami), sino todavía hubiera sido peor.
Después de hacerle madrugar mogollón, tenía un smac en Madrid y luego tenía que ir al Juzgado a Móstoles y, al volver (antes de las 16h.), entrar en Ikea porque me han pedido una fiesta muy especial. Así que me encontré, entre carreras y llamadas, con algo genial para dar una sopre a Hugo; sí, 2€, ya sabéis lo espléndida que soy. Y esos 2€ suponían ir al parque por la tarde, por supuesto.
Para la siguiente visita a Ikea, otro regalillo (también de 2€), para hacer bollos de arena increíbles. No, no le compre los dos, porque me gusta dosificarle las cosas, sino se aturulla y no sabe a qué jugar.
Aquí estuvimos entre arena, barro y millones de sabores.
Encontrar el punto y la textura es complicado, porque él sólo quería echar y echar agua.
Después de hacerle madrugar mogollón, tenía un smac en Madrid y luego tenía que ir al Juzgado a Móstoles y, al volver (antes de las 16h.), entrar en Ikea porque me han pedido una fiesta muy especial. Así que me encontré, entre carreras y llamadas, con algo genial para dar una sopre a Hugo; sí, 2€, ya sabéis lo espléndida que soy. Y esos 2€ suponían ir al parque por la tarde, por supuesto.
Para la siguiente visita a Ikea, otro regalillo (también de 2€), para hacer bollos de arena increíbles. No, no le compre los dos, porque me gusta dosificarle las cosas, sino se aturulla y no sabe a qué jugar.
Aquí estuvimos entre arena, barro y millones de sabores.
Encontrar el punto y la textura es complicado, porque él sólo quería echar y echar agua.
Que ya sabéis lo que le gusta el agua, pero esta vez fue comedido, quería agua, pero quería montar unas bolacas de helado en la tarrina y en el cucurucho. Estaba encantando, decía que hacía helados de nube, de luna, de arco iris,...
Luego, niño a la lavadora y el juguete a lavar.
Así pasó un gran rato, sin más.
Vamos viernes, que te veo los pelines.
Besos.