Ayer, después de levantarme a las cinco, mandar un par de ramos, preparar turbantes, reunirme con dos clientes judiciales y firmar en la Notaria, me fui a dar una vuelta.
Fui a un espacio para novias Vintage.
Salí de allí con Teresa y paseando por Malasaña nos encontramos con esta hermosura.
Después de ver mi cara de "¡cómo me gusta!" yo entraría en esta tienda, me encantan las librerías (y los mercados, las estaciones de tren,...). Teresa me dijo, venga mujer entramos, que no me importa.
Un montón de delicatesen.
Todo olía mogollón de bien, como la estatua del gato, que era tan tan real que resultó ser de verdad. Casi muero (no, no me gustan nada los gatos) cuando se movió.
¡Principito power!
Mis agendas semanales y de bolsillo preferidas y cajitas de colección.
Frases y tarjetas geniales.
Vamos, cositas monismas sin más. De Alicia en el País de las Maravillas, también un montón. Y yo tengo una fiesta, ahora que me acuerdo...
Lady desidia también estaba.
Bolsas de las que me molan con mensajes geniales, me iba a pillar una de lengua, pero luego mi madre dice que soy una ordinaria (¿¿yooooooo?? jajajajjaja).
Me compré la siguiente bolsa. Sí, de gato, para que veáis lo coherente que puedo llegar a ser sin ni siquiera salir de una tienda (creo que es el primer gato que tengo en la vida y además negro).
Más cositas monas.
A veces los ratitos tienes que sacarlos de cualquier lado. Aunque sean segundos cada poquito.
¿Sabéis que mañana es viernes? No me preocupa, porque ya tengo mis ejércitos preparados...
Besos.