Sí, emotivacional. El otro día me llamaron así y no lo había oido en la vida. Me dijo que le ilusionaba los días, que se reía y que mis búsquedas de vídeos de buen rollito eran geniales.
Yo, sin más, sonreí y busqué lo de Oradora en cuestión y di con esta mujer.
Este año hice una cosa que me hace sentir mal desde el mismo momento que la hice, pero mal mal. Y viéndola a ella, todavía me sentí perdón. Mañana os la cuento...
El otro día Hugo, estando en el coche, me dijo a grito pelado que una señora tenía el pecho más grande que él había visto, que era gordísima. Eso era cierto, pero yo paré el coche y le metí una charla de no sé cuánto tiempo que no os podéis hacer una idea.
Sentí mucha vergüenza (y eso que la afectada no nos oyó), nunca le había dicho que no podía dar su opinión si ésta ofendía a alguien, que no se debe hablar de modo despreciativo de ciertas cualidades físicas, que podemos hacer daño, mucho daño, y que jamás, jamás de los jamases, quiero que le haga daño a alguien con sus comentarios ofensivos sobre su aspecto. Además, para otros, nuestra hermosura puede ser un defecto.
Se sintió fatal, nunca me había puesto esa cara de haber hecho algo malísimo (¡y sin saberlo!) y yo me sentí muy mal por hacerle sentir así. Veo que ahora la gente puede opinar, sin que le pregunten, sobre cualquier cosa y lo que más leo es que la gente puede permitirse el lujo tan superficial de ir a herir con sus comentarios sin más, por gracia, por pasar el rato o porque no les da para más.
Ejemplo: Fotografía de venta de un coche. Comentario, "Joder tío, qué pies más grandes"; refiriéndose al modelo.
Ejemplo: Fotografía de un paisaje y una chica al fondo paseando. Comentario, "Mira la gorda, no se ve el atardecer".
En serio, cada vez lo veo más. A mí, que me llamen gorda, fea, baja o plana ni me preocupa ni me ofendería, lo digo de verdad, si lo hiciera no os enseñaría mis chorradas. Yo sí sé a lo que me expongo, soy consciente y lo hago. Pero me da pánico ver que a mi hijo eso le pueda influir a través de las redes sociales, por ejemplo. Me da miedo que pueda hacer un mal a algún chaval irremediablemente y me da pánico no educarle como creo que tenemos que hacerlo ahora.
Nuestros padres se preocupaban de algunas cosas, nosotros deberíamos aleccionar a nuestros hijos sobre las reales, las actuales, las que tememos antes de que pasen. Sí, he dicho aleccionar, le obligo a que haga cosas aunque no quiera. No quiere ir al cole, le obligo. Quiere ver la tele, no le dejo. Ellos ya se conectan a internet con un cable de cualquier video juego que tengan o desde una biblioteca o chatean desde casa de un amigo, eso no voy a poder controlarlo, es absurdo, pero he de evitar daños innecesarios y que estén avisados, que me tenga que cabrear con ellos porque se lo he dicho y lo sabían. Tanto niños como niñas, y desde muy muy pequeños, lo están haciendo. Yo quiero que, pase lo que pase, sean personas, personas de las que me gustan y no gilipollas.