Una cosa de la que mejor rollo nos da en el mundo y que pensemos en el viernes es La Kalabaza de Pippa. Y en breve os contaremos qué tal es en directo, porque nos encanta y ya tenemos entradas. Vamos a ocupar medio teatro con todos los que vamos. Jajaja.
Es adictivo os aviso, puedes pasarte semanas sin quitarte la musiquita de encima. ¡A los peques les apasiona!
Y bueno, ya puestos, hemos estado ensayando cositas para Halloween y estas cosas las hago desde casi primeros de mes, comemos fruta (un zumito) con los restos.
Con lo que les cuesta el tema fruta a algunos niños, puf. Además, una pequeña sorpre de Chuche.
El año pasado lo intenté, compré una calabaza para meter las bolsitas de chuches (además, así en plan decoración) y me quedé sin paciencia y sin huellas dactilares. Ya os enseñaré mis no huellas dactilares intentando también hacer sellos el año pasado.
¡Aquí teneís las naranjas Calabazas!
Así las hicimos.
Cortamos la parte de arriba a modo de tapa.
Cortamos la parte de arriba a modo de tapa.
Vaciamos con cuchara y cuchillo (se tarda muy poquito), quitamos las pieles y pellejitos con las mano y las limpiamos con el Nanas (sí, ese estropajo de metal) y las metimos papel para secarse.
Luego, con un cuchillito, les hice ojos y boca. Después, rellenamos con minilacasitos blancos buenísimos.
Y le puse el rabito con alambre y forrado de verde.
La próxima semana es la monstruo fiesta y no nos va a dar tiempo a hacer todo lo que queríamos, ¡¡¡buaaaaaaaaaa!!!
Besos.
Besos.