Sé que lo sabéis (por la primera parte de Pellizcos de Palets), al igual que tengo muchos odios tengo muchos amores.
¡¡¡AMO LOS PALÉS!!!
Los amo y me da igual si es difícil tratarlos, si no queda como me imagino o leches en vinagre. Como buena enamorada, sus defectos los veo virtudes.
¡¡¡AMO LOS PALÉS!!!
Los amo y me da igual si es difícil tratarlos, si no queda como me imagino o leches en vinagre. Como buena enamorada, sus defectos los veo virtudes.
Yo los veo y hagooooo Aynsssss. Así que, por eso, creo que es amor.
Si hasta quiero un despacho, con lo que los odio (los despachos, claro).
Así queeeee, quieroooooo un columpiooooooo.
Quiero un porche molón.
O un porche chic.
Quiero un cabecero que quite el hipo.
Quiero una casa, of course!!!
Y por querer, quiero hasta gallinas, que para eso la que pido soy yo.
Ayns, si es que esos simples tablones pueden sustituir a mi enamorado...
Fijaos cómo será el tema que no quiero que me toque la Primitiva, quiero que la Lotería me dé un Palé. Sí, sé que es malísimo el chiste, pero peor es lo tiburON/tiburOFF y a algunos les hace gracia.
Pero no lloréis almas de Cántaro que en breve os enseño otros pellizcos de astillas que son una absoluta pasada, vais a caer rendidos a los pies de mi amor y vais a querer mis palés tanto como yo,
Así que en breve mi tercera parte de Palés, para que nunca nadie más diga que las terceras partes nunca fueron buenas.
Besos.
Besos.