Punto uno, este post no está patrocinado.
Punto dos, es una de las cosas que más amaré en toda mi vida.
Punto tres, gracias por este mega regalo.
Quería haberos contado sobre este descubrimiento hace mucho, mucho tiempo, pero luego me enteré de que lo iban a fabricar en formato autoconsumo cliente (en vez de profesional de peluquería que es donde yo lo conocí) y he esperado a tenerlo en mi vida para enseñároslo.
Aquí os mostré mis pelos o malos pelos, según como se mire.
Muchas veces voy de formal, de elegante, de arregladita y siempre pienso que con el pelo liso voy mejor. Entre lo fosco y lo rizoso que lo tengo, si voy a la pelu (a parte de tener tiempo), me puede durar un suspiro. Pero desde que descubrí este invento, aynsssss. Os prometo que si no quiero no me peino, no me paso las planchas. Jamás en mi vida había estado tan bien peinada, tan duradero y con una suavidad y brillo increíbles. Además, por muy poquito más de precio que cualquier alisado sin estas planchas.
Para mí existían 2 inventos en la historia de la humanidad que son los mejores del mundo (¿¿¿exagerada, yo??? Jaja): la cama el primero y el segundo los támpax. Pues ahora hay un tercero sin duda, ¡estas planchas!
Cuestan una pasta, eso sí, como las Hgd esas tan de moda, pero vamos, que ya quisieran ser iguales que éstas.
Besos.