Fijaos si fue terribilis que esto ocurrió el verano pasado de 2012 y todavía sale el tema a relucir.
Estaba yo luciendo abdominales cual albóndiga rebozada, pasándomelo fenomenal en mi mar (porque yo soy de agua desde bebé).
Un giro para marcar pectorales y lucir blanqueamiento generalizado, que mi madre dice que paso del blanco al rosa y parezco un guiri de esos.
Vamos, que soy 100% lechón de la zona, todo producto typical spanish, me gusta contemplarme, inflarme, desinflarme,...
Me miro los huevecillos, los tengo perfectos.
Allí estaba yo, de soliplei, cuando empezó a acercarse una chati, pero una chatunga con parte de arriba del bikiny y todo, una señorita para un "Pivitas Destroyer" mayor, así como alguien de 8 años más, justito justito como mi hermano mayor.
Yo, que soy muy sociable, estaba haciéndome un redil para la chatunga y mi hermano mayor estaba desencajado, porque estábamos interactivando mogollón. Mi madre fibrilaba de los nervios, aún no sé por qué, pero no paraba de decirme apártate.
Me miraba, la miraba, me contaba cosas (que no me interesaban demasiado porque eran de mayores), me hablaba de ir a tomar una coca cola, que no puedo tomar por prescripción madril (un año después nada ha cambiado, tampoco me deja tomar chicle, aynssss).
Y ahí seguíamos un rato. Me preguntó que dónde vivía; vamos a ver, moza, que no me entero de si estoy en mi pueblo o en otro como para saberme mi dirección. Pero ya le dije que iba a ir al cole de mayores y ella ya estaba más contenta. Mi hermano aluflipaba de que me hablara una desconocida todo ese rato, ¡y una chica mayor!
Pero ya vinieron a fastidiarnos el rollo y la chatunga se piró. Según mi madre, era una lista. A veces habla tan irónicamente que no pillo demasiado bien las cosas, qué tenía que ver que esta chica hubiera sacado buenas notas con que quisiera ser mi amiga.
Chicos, os tengo que dar urgentemente unas lecciones...
Besos.